jueves, 26 de febrero de 2009

El Ojo de Dios



Es el sobrenombre con el que los astrónomos se refieren a la inquietante nebulosa planetaria Hélix, descubierta en 1824 por el alemán Karl Ludwig Harding. Se encuentra a 700 años luz de la Tierra y mide 2 años luz, que equivalen a poco menos de 20 billones de kilómetros. Vamos, como mi trastero, metro arriba, metro abajo: un pateo.

Os iba a comer un poquillo el coco y a tirarme el pegote con curiosidades de la nebulosa, pero lo cierto es que sólo os hablo de ella por lo impresionante de la foto, que saqué anoche con el móvil, que fue tomada recientemente por el Observatorio chileno La Silla, y también para que no me digáis que os tengo abandonados... 

Aprovecho para aclarar que, en lo que va de semana, no me he vuelto a encontrar ningún chicle en la ensaladilla. Pero os mantendré informados.



martes, 24 de febrero de 2009

Lo que la ciudad arroja


Me encanta la luz de este proyecto de intervención urbana que me he encontrado en la web Flores en el ático. Cristina Garzón Martínez, Ana Delgado Lara y Leonardo Tapiz Buzarra, ganaron con 'Lo que la ciudad arroja' la edición 2006 del Programa Transite, organizado por la Junta de Andalucía para celebrar el Día Mundial de la Arquitectura. El año pasado ganaron con el mismo proyecto el Lamp Lighting Solutions 08.





Me lo chivó Remedios.



sábado, 21 de febrero de 2009

La silla 214 de Thonet


Sí, va de sillas, ¿qué pasa?... Tú es que no eres consciente de lo que vas a poder vacilar con los ebanistas después de leer este post...


La habrás visto en millones de bares, hoteles, teatros, casas... y probablemente nunca le habrás prestado demasiada atención. No te asustes, es normal... Se trata de la silla 214, diseñada por el alemán Michael Thonet (1796-1871) en 1859, y que como bien has calculado, -lince, que eres un lince-, celebra su 150 cumpleaños.

Se trata de la primera silla fabricada en masa de la historia, y la más fabricada de todos los tiempos, con más de 50 millones de unidades producidas hasta el día de hoy. Es además el producto industrial más vendido en el mundo, convirtiendo a Thonet en uno de los pioneros del diseño industrial.


¿La clave de su éxito? Su sencillez. Y es que está montada con sólo 6 piezas y un puñado de tornillos, lo que facilita enormemente su transporte y montaje.

En 1859, el ebanista y constructor de muebles alemán Michael Thonet descubrió una nueva forma de trabajar la madera, que consistía en exponer láminas de madera impregnadas de cola al vapor. El calor y la humedad generados conseguían deformar la madera, hasta el punto de obtener una masa compacta, elástica y flexible, que posteriormente podría modelarse al gusto, simplemente ejerciendo presión. Con este descubrimiento, Thonet no sólo revolucionó el diseño de muebles, sino que también se hizo famoso por crear la técnica del curvado de madera, por la que obtuvo una primera patente en 1841. 

Así es como apareció en Viena en 1859 la "Kaffeehaus-Stuhl n. 14" ("Silla de café Número 14"), hoy bautizada como "Número 214", que supuso la consolidación internacional de la empresa Gebrüder Thonet, que el fabricante de muebles había fundado diez años atrás. 

La empresa había trasladado en 1856 sus actividades al pueblo moravo de Korycany, en la parte oriental de la actual República Checa. Moravia proporcionó a Thonet y a sus cinco hijos la madera de haya, la materia prima esencial para expandir la producción. 
A principios de 1870, la familia tenía filiales repartidas por todo el mundo. Un mueble tan atractivo como funcional y sencillo era justamente lo que la sociedad del siglo XIX reivindicaba en un momento en que todas las artes buscaban huir del neoclasicismo imperante. Cobró protagonismo en los escenarios de teatro y de cine, como elemento imprescindible de los cafés parisinos y berlineses de principios de los 30, que se fueron aligerando y adquiriendo una apariencia menos pomposa y opulenta. 
Hoy, la empresa Thonet está capitaneada por la quinta generación de la familia y tiene su sede en Frankenberg, al norte de Hesse (centro de Alemania).

La aparición de la 214 de Thonet marcó un antes y un después en la historia de las clases sociales, al ser la primera silla específicamente diseñada para atraer a las masas y con un precio accesible para la burguesía incipiente de toda Europa. Hasta su nacimiento, la clase acomodada era la única que tenía el privilegio de sentarse en sillas, pero el triunfo de las industrias culturales y la mercantilización del arte, trajo consigo la producción en serie. 


Una silla con clase, resistente, atemporal, ligera, sensual, inspiradora.


viernes, 20 de febrero de 2009

Adivina, adivinanza...


Siento estar monotemática, pero la verdad es que me gusta ésto de los concursos de fotogramas de pelis. Y más si lo acertáis tan rápido como hasta ahora!


Le estoy dando vueltas a cómo premiar a los acertantes (también con carácter retroactivo, Guaya...) ya os contaré a ver si se me ocurre algo original, a la par que elegante.

Actualizo: ¿lo estaré poniendo demasiado fácil?... ¡Allen y D. han acertado en menos de 3 horas!... Muchísimas felicidades!! ¿¿Qué váis a hacer con vuestro no-premio??... De nuevo, si el resto queréis saber de qué peli se trataba, o recordar la escena en la que aparece este corazón, podéis leer los comentarios o pinchar aquí.


jueves, 19 de febrero de 2009

Dancing with strangers



Leyendo un comentario de La Ballena Elena me acordé de este vídeo...
(Tiriri... tiriri tiriri tiriri...)

Adivina, adivinanza...


¿En qué peli sale este cuadro?...
Venga, que ésta es más fácil, alegradme el viernes...

Actualizo: Pues Allen me ha alegrado el día, sí señor... Enhorabuena!! No nos quedan gallifantes, pero nos entran unos perritos piloto la semana que viene que te van a encantar, ya verás...

Si el resto aún no ha caído en el nombre de la peli, por esta vez miraré para otro lado y os permitiré hacer trampas y descubrirlo cuchicheando en los comentarios de este post. Podéis comprobar la veracidad de la respuesta, desconfiados, que sois unos desconfiados, pinchando aquí.

Escucho el nuevo disco de Coque Malla que desde hoy puedes escuchar enterito aquí.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Puaj! pero luego... ñam ñam!


Hoy me ha pasado una cosa malísima y otra buenísima. Pensaba proponeros que decidieseis cuál cuento primero, pero me pueden dar las uvas (y estamos en febrero) si espero que manifestéis vuestro deseo mediante comentarios en el blog... Pero sin rencor, en serio, que estoy haciendo grandes progresos con mi psicoterapeuta...


Primero te cuento la mala, y, advierto, por si acabas de comer, asquerosa. 
Salí del curro a las tantas (como siempre) con el tiempo justo para echarme una tapa rápida, y no llegar tarde a la que constituye mi 'anécdota buenísima'. La tapa: ensaladilla rusa. El bar, en el que por cierto no me volverán a ver el pelo: la cafetería Líder de la zona de Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria. ¿Vais atando cabos?: anécdota malísima y asquerosa, bar al que no pienso volver... si es que hay que explicártelo todo, coño... Me da hasta vergüenza contarlo, pero la cosa, para no seguir enrollándome, es que en la ensaladilla había un chicle que no era mío. Te doy unos minutos para dar tiempo a que se te pasen las náuseas y me compadezcas... Lo que pasó, sentí e hice después, aparte de desear beberme un litro de aguarrás, mejor ni os lo cuento. Primero porque la verdad es que me avergüenzo un pelín, y, segundo, por que me he leído la Cosmopolitan, así que ahora sé que un halo de misterio en torno a mi persona y mis reacciones hará que os parezca, si cabe, aún más atractiva...

Me desahogué (en el sentido menos bíblico de la palabra) con un taxista majísimo que me condujo de la anécdota malísima a la buenísima, y la verdad es que el jodío, por 4 euros, consiguió que me olvidase de la primera casi por completo. Su teoría era que como vivimos en una época de tanto estrés y tantas prisas, te ponían un chicle en la propia comida para ahorrarte tiempo en tu lucha contra la caries... No debo de imponer demasiado, porque la verdad es que el tío ni se planteó dejar pasar la oportunidad de vacilarme. Deseé no haber tirado el chicle para poder escupírselo en la nuca. Mi respuesta, derrotada física y moralmente en el asiento de atrás, fue igual de surrealista que su vacile. Le espeté un afable 'váyase a la mierda caballero'. Pero como no podía quejarse porque se lo dije tratándole de usted, que una respeta a los mayores, no pudo hacer otra cosa que compadecerme y partirse de risa. El resto del trayecto lo pasamos debatiendo acerca de las excentricidades de la nouveau cuisine, de cuál sería nuestro sabor de chicle favorito, cuál le pega mejor a la ensaladilla, y esas cosas. Le confesé que esperaba que, por lo menos, el chicle fuese sin azúcar, ya que me pillaba en plena operación bikini. Opinó que seguro que éso ya lo tendrían contemplado, así que si me salía alguna caries no tendría más que pasarles a los de la cafetería la factura del dentista... Durante un euro más me contó algo sobre su mujer y no se qué suceso ocurrido hacía algunos fines de año en un restaurante, pero la verdad es que no le presté demasiada atención, meditando para mis adentros si sería o no buena idea que siguiese contando todo ésto a mis amigos y alabinbonbaneros...

Como ya dije, al bajarme del taxi ya me había olvidado de la cochinada casi por completo, por lo que ahora que lo pienso he de dar gracias por no ser uno de esos hipermnésicos que se acuerdan de todo durante toda su vida con todo detalle, de los que ya os hablé el otro día.


Ésto se está alargando más de lo que esperaba (que es por cierto una observación que hice la primera vez que vi a mi novio desnudo...). La parte buena del día fué el comienzo del curso de (espera que lo miro, que el nombre tiene tela) 'Introducción a las técnicas de esferificaciones, gelificaciones y aires con sabor' del que también os hablé en un post anterior. En este taller te enseñan las técnicas que junto a las deconstrucciones han hecho famoso a Ferrán Adriá, y la verdad es que estuvo genial de principio a fin. Los otros 11 alumnos tienen una pinta estupenda, y nos pasamos una tarde divertidísima y llena de descubrimientos culinarios, todos ataviados con nuestros delantales y haciendo cosas parecidas a las que ves en las imágenes. 


Esferificación de zumo de guisantes

Hicimos unas bolitas (esferificaciones) del tamaño de un garbanzo, pero hechas de yogur natural con miel. Otras minúsculas como las del caviar, pero de melón Galia y virutas de serrano, y una tapa de patata con morcilla, coronada con una yemita rellena de zumo de mango. Todo riquísimo! 

Las esferificaciones se pueden hacer con cualquier ingrediente, siempre y cuando esté licuado. Tienen el tamaño que quieras, son líquidas por dentro, y están recubiertas de una piel finísima, de modo que al contacto con el paladar explotan suavemente en la boca inundándola de sabores inesperados.

Estuve a punto de preguntarle a la profesora si el Adriá también esferifica chicles, pero algo en mi interior me dijo que no debía tocar el tema... La cocina es exactamente la que ves en la foto de arriba, con fregaderos que se accionan con pedal (ya me tenías que ver buscando por todas partes la palanca, como si acabase de bajar del pueblo), vajilla postmoderna y todas las pijadas y cachivaches profesionales que te puedas imaginar. Quedan tres días de curso, así que ya os iré contando para que os apuntéis al próximo. Pero prometo no enrollarme tanto...



domingo, 15 de febrero de 2009

Adivina, adivinanza...



Un gallifante para el que acierte de qué película es este fotograma...
Pista: anda ya! qué pista ni qué san pista!


Actualizo: este super certamen internacional ha finalizado ya. Aunque ha sido complicado elegir el ganador entre los cientos de personas que han participado, finalmente la agraciada ha sido Miss Rosenthal, la casera de uno de mis blogs favoritos y que es además, la madre de Los Beatles! Si es que alabinbonban se codea... Tiembla Angelina que allá voy!!!

Comprueba la respuesta ganadora aquí.

Probando, probando...



Sí, hola, hey! probando, probando, sí, sí, hey!

Alabinbonban renueva escaparate. Le voy a dar unos días de vacaciones al minino de la cabecera, que lo puse el primer día de prueba y ahí se quedó tan a gustito. Se aceptan críticas al respecto, pero sin entusiasmarse...

sábado, 14 de febrero de 2009

Las bondades del olvido

La Hipermnesia es un trastorno o facultad de la memoria que se caracteriza por una exaltación y agudeza, particularmente vivas, de la memoria, sobre todo autobiográfica, de modo que quien la padece muestra una extraordinaria capacidad de recordar hechos específicos de su pasado personal.
 
Los hipermnésicos son capaces de recordar los acontecimientos que han experimentado personalmente, recordando muchos detalles aparentemente triviales que la mayoría de la gente no sería capaz de recordar, como por ejemplo, con quién y qué comió y qué tiempo hacía un día exacto de hace decenas de años, o qué día exacto se emitió el capítulo de Dallas en el que mataban a JR... Y no exagero, son ejemplos reales...

A diferencia de quienes padecen autismo o el llamado síndrome del sabio, los hipermnésicos no memorizan esos datos, no calculan la fecha, sino que simplemente recuerdan sin poner en práctica ningún recurso mnemotécnico. Al contrario que la gente normal, cuya memoria acerca de los recuerdos se resetea con frecuencia (algunos más que otros...), la vida pasada permanece indeleble en la mente de estas personas.

Hasta la fecha, sólo se tiene constancia de tres personas en el mundo con hipermnesia, y las tres viven en EE.UU. (ésto no era muy difícil de deducir...). El primero, el más mediático, con web propia y documental y todo, es un locutor de radio de 51 años de Winsconsin llamado Brad Williams, y que confiesa no haber sido nunca esclavo de su memoria, más bien al contrario. Del segundo no he podido averiguar nada aparte de que es de Ohio y que estudios científicos llaman BR. Pero tranquilos que tengo trabajando en el caso a mis mejores agentes y os iré informando de sus hallazgos puntualmente. La última es una mujer, AJ, de California, quien ha descrito su memoria como algo incontrolable y totalmente agotador. En cuanto a las similitudes que comparten, según parece, estas personas no presentan mejores resultados en las pruebas de inteligencia que el resto de la gente, y tampoco tienen déficits especiales en otras áreas. Dos de ellos son zurdos, y los tres presentan una gran capacidad para recordar fechas, qué hicieron ese día y cuáles fueron los acontecimientos públicos relevantes. Los tres son además grandes coleccionistas de objetos.

Pero, ¿es la hipermnesia un don o una condena?

El olvido no siempre es negativo. De hecho en ocasiones supone un mecanismo de autodefensa de la mente, que nos ayuda a superar situaciones traumáticas o demasiado impactantes, atenuando los recuerdos persistentes. ¿Te imaginas recordar alguna situación dolorosa o vergonzosa, con todo lujo de detalles, con la misma intensidad del día en que ocurrió? ¿Y cómo hacer balance cuando dispones de absolutamente todas las variables? ¿Cómo filtrar?.

De hecho, los hipermnésicos muestran importantes dificultades de abstracción: son incapaces de generar categorías, ya que recuerdan una a una todas las observaciones que han vivido a lo largo de su vida dentro de esa categoría.

Es decir, tendrían problemas para comprender el concepto "árbol", algo que identifica como objeto similar a todos los árboles del mundo, porque ellos recuerdan uno a uno todos los árboles que han visto en su vida, su ubicación, sus ramas, el momento, las personas que los acompañaban... tienen tan individualizada cada observación que les cuesta establecer cuales son los detalles accesorios y cual es la esencia común en cada caso. A éso me refiero con lo del balance.

Brad Williams, apodado la enciclopedia andante o el hombre google, ha sido comparado con Irineo Funes, el personaje de Borges en uno de sus cuentos incluidos en la colección Ficciones, que recordaba cada detalle que sus sentidos captaban. Termino el post dejándote leer un fragmento del cuento y me voy hacia la nevera pensando en lo que vacila mi blog, que hasta hablo de Borges y todo. Y no, alma de cántaro, este Borges no tiene nada que ver con el de las nueces y las ciruelas...

"Funes no sólo recordaba cada hoja de cada árbol de cada monte, sino cada una de las veces que la había percibido o imaginado. Resolvió reducir cada una de sus jornadas pretéritas a unos setenta mil recuerdos, que definiría luego por cifras. Lo disuadieron dos consideraciones: la conciencia de que la tarea era interminable, la conciencia de que era inútil. Pensó que en la hora de la muerte no habría acabado aún de clasificar todos los recuerdos de la niñez (...). No sólo le costaba comprender que el símbolo genérico perro abarcara tantos individuos dispares de diversos tamaños y diversa forma; le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente). Su propia cara en el espejo, sus propias manos, lo sorprendían cada vez. Refiere Swift que el emperador de Lilliput discernía el movimiento del minutero; Funes discernía continuamente los tranquilos avances de la corrupción, de las caries, de la fatiga. Notaba los progresos de la muerte, de la humedad. Era el solitario y lúcido espectador de un mundo multiforme, instantáneo y casi intolerablemente preciso. 
(..) Había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín. Sospecho, sin embargo, que no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos... (...)"

Ficciones, Jorge Luis Borges, 1944

viernes, 13 de febrero de 2009

Te quiero más que...


Porque hay vida más allá del te quiero más que la trucha al trucho o el te quiero más que al aire que respiro y más que a la mare mía, los creativos de la firma neoyorkina Paperwhite han creado esta web en la que, conscientes de lo difícil que resulta cuantificar el amor, nos plantean el curioso reto de comparar nuestros sentimientos con algo más o menos tangible que realmente nos guste. Lo estoy explicando fatal, ¿no?. En su web reciben a diario mensajes de quienes la visitan en los que comparan cuánto quieren a la persona amada respecto a cualquier otra cosa que les fascine. Nada, que no lo consigo... Vamos a probar con algunas imágenes...

Te quiero más que a hacer listas

Te quiero más que a sentir los rayos de sol en mi espalda

Te quiero más que a escuchar música mientras conduzco

Te quiero más que a recibir comentarios en el blog 
(y ésto es mucho querer, te lo digo yo)

Te quiero más que a un maratón de 12 horas de 'Perdidos'

Te quiero más que a la comida de mi abuela

Te quiero más que al olor de un coche nuevo

Te quiero más que la primera taza de café por la mañana

Te quiero más que al sushi. Bueno, no tanto. Pero casi.

Te quiero más que a las mañanas de lluvia en la cama

Yo te quiero más que a darme cuenta de que es jueves cuando pensaba que era miércoles, más que a encontrarme un billete olvidado en un bolsillo, más que a dormir ocupando toda la cama, más que tener la batería del portátil al 100%, más que a mis vaqueros favoritos, más que a pillarte leyendo mi blog... 

Quién me lo iba a decir, al final he contraído el temido virus San Valentín... Cuidado!! que es contagioso!!

Sólo los que estaban menos perjudicados la noche del japonés, y aún se acuerdan de algo, entenderán porqué pongo esta canción (¡me la he encontrado por casualidad!)... El resto, no preocuparse, os tengo reservada esta otra:


Ganadores del Champagne Chair Contest





Son los ganadores del concurso de sillas en miniatura hechas con corchos de botellas de champán del que ya os hablé. Yo no gané, pero estoy segura de que el año en que me decida a participar, me lo llevo fijo.

Éstas son otras sillas que no os enseñé la otra vez. Como siempre, pincha para ampliar.