sábado, 30 de mayo de 2009

El cruce de Shibuya



Hoy toca ración de rollito Japón, que ya lleváis varias semanas sin vuestra dosis oriental y empiezo a percibir nerviosismo en el ambiente...


¿Sabes esa sensación que tienes cuando descubres una palabra, un cantante o cualquier otra cosa por primera vez y los días siguientes te parece que te lo encuentras hasta en la sopa? Pues a mí últimamente me pasa con Murakami (el artista, no el escritor), tanto que hasta ha llegado a darme miedo... Y me pasa también con el cruce de Shibuya del que os vengo a hablar hoy, a ver si compartiéndolo me lo quito de encima... Por cierto que los dos temas son japoneses... no, si al final tendré que hacérmelo mirar...

Este cruce protagoniza una de las imágenes más populares de Tokio, es probable que lo hayas visto mil veces y ni te hayas dado cuenta. Es un paso de cebra, situado en el barrio de Shibuya, al oeste de Tokio, y que lo que tiene de especial, aparte de que tiene forma de cruz y se puede atravesar en las cuatro direcciones (lo entenderás fijándote en las imágenes), es que es el más transitado del mundo, con una media de un millón de personas al día... repito: un millón de personas al día... una auténtica marea humana que inevitablemente me recuerda las calles de Blade runner y las pelis de zombies... que mira por cierto que son perseverantes los zombies, eh, que casi se merecen un post y todo. Igual otro día.


Los japoneses, a los que no se les escapa una, han llenado todos los rascacielos y edificios futuristas de alrededor del cruce y la estación de Shibuya con anuncios de neón y cinco enormes pantallas de televisión. Como en Picadilly Circus o Times Square, pero a lo bestia y con grafía incomprensible. Menudo agobio.

De hecho, las autoridades japonesas están empezando a instalar colectores de energía (me he inventado el nombre, creo), para aprovechar las pisadas de la gente, acumular la energía generada, y utilizarla para mantener en funcionamiento las pantallas de la estación, semáforos, luminarias, etc. Puedes leer un poco más sobre ésto aquí y aquí.



Las calles del barrio de Shibuya, uno de los distritos más coloristas y frecuentados del país, son una atracción turística en sí mismas, una verdadera pasarela de moda, tendencias y luces de neón, y lugar de paso obligado para conocer lo más cool del ambiente nocturno japonés. 


¿Recuerdas en Lost in translation la parte en la que Scarlett Johansson y Bill Murray van con unos amigos al karaoke (una de las aficiones favoritas de los jóvenes nipones) o a una sala de juego, y en otro momento comen lo que ellos mismos cocinan en un restaurante? Pues todo éso fue en el distrito de Shibuya.





Una de los lugares más habituales para quedar con alguien en Tokio es junto a la estatua de la plaza Hachikōo, junto al cruce de Shibuya, dedicada a un perro que esperó allí durante años a su difunto amo: 


También es tradición subirse al Starbucks desde el que se pueden sacar fotos magníficas del bullicioso cruce:

Acojona, ¿eh?


El barrio también es conocido por sus game centers, tiendas de música, videojuegos y anime, y por sus Love hotels, en los que los japoneses encuentran un refugio alquilable por horas para hacer cochinadas. Tienen decoraciones y ambientaciones de lo más curioso: te puedes encontrar una habitación en forma de castillo gótico en miniatura, de templo del Extremo Oriente, de pirámide egipcia o ambientada en diferentes películas. Tienen camas vibratorias, espejos, instalaciones sado y cámaras de vídeo con cintas take away. Además las habitaciones se pueden seleccionar en un ordenador a la entrada según tus preferencias, de modo que no tengas que enfrentarte con la mirada inquisidora del recepcionista al preguntarle si tienen libre la habitación de los Fraggel...


Kit bondage de Hello Kitty en un Love Hotel


Pasos de cebra, sadomasoquismo y los Fraggel... ¿dispersión? ¿qué dispersión?


viernes, 29 de mayo de 2009

Sidewalk psychiatry


Imagen de la serie neozelandesa Flight of the conchords, de la que no he visto nada pero he leído buenas críticas. No tiene mucho que ver con esta entrada,
pero le pegaba al título, que significa psiquatría de acera.

Los peatones nos encontramos a menudo en un estado de profunda reflexión. Los aparentemente insustanciales momentos en los que nos desplazamos, caminando solos, por las calles, los dedicamos frecuentemente a cosas como intentar recordar si desenchufamos la plancha o que se nos han acabado los cereales, pero también a reflexionar sobre el futuro, o a repasar aquella frase que oíste u ojalá nunca hubieras dicho durante la cena de ayer.

Consciente de cómo los horarios y las prisas cada vez nos dejan menos espacio para la meditación callejera, la artista y diseñadora Candy Chang decidió estimular nuestros andares meditabundos y escribir mensajes en el asfalto neoyorkino que tal vez nos pudieran servir de empujoncito en nuestros momentos de introspección.

Autoevaluación en tránsito.

Entonces, ¿por qué lo haces?

¿Tendrá que ver con tu infancia?
(con ésto, como con la autoestima baja, nunca fallas)

¿Sabe ella cómo te sientes?

¿Y de quién es la culpa?


A veces no nos viene mal que alguien imparcial, aunque sea encarnado en letras sobre el asfalto, nos ayude a tomar decisiones, a salir del atolladero sin meterse demasiado en nuestros asuntos, o simplemente a recordarnos que tenemos que sonreír más.

Yo me encuentro con esta verdad cada mañana, cada vez que hecho un vistazo por el balcón de la oficina, y veo con más detalle del que quisiera el interior de las habitaciones de la clínica que hay enfrente. Aunque veo todas las habitaciones a la vez, éstas están separadas por paredes, así que pienso en cuánto podría aliviar cada drama particular si pudieran compartirlo y unirlo en uno sólo, tal y como yo los veo desde mi balcón. Aunque no suelo asomarme, a veces cuando lo hago veo caras alegres haciendo las maletas de vuelta a casa, o globos de helio y enormes ramos de flores con cajas de bombones. Pero la mayoría de las veces veo caras tristes, caras de pacientes y de visitas que intento no memorizar. Se asoman a la ventana y aunque miran con los ojos muy abiertos no ven nada. Les veo preocupados, mirando el reloj, deseando que avance el tiempo, matándolo asomaditos a la esquinita de las ventanas mientras ocultos bajo las cortinas, dan rápidas caladas a cigarros furtivos. Y es entonces cuando me encantaría poner una pancarta enorme en mi barandilla (no te rías, Iván) contándoles que se van a poner buenos, proponiéndoles un acertijo cada mañana, o pidiéndoles que no se machaquen pensando en las visitas que esperan y no reciben.

Lo dejo que me estoy poniendo tonta.

Todo ésto me ha recordado otra intervención similar en la que pintaron en el suelo mensajes como contagia tu risa, sonreír es gratis, ¿hace cuánto que no te ríes? o jajajaja. Así hasta el más cabizbajo podría leerlos y proponerse sonreír más. También les ponían post it a la gente dedicándoles piropos o mensajes agradables. Todo por arrancar una sonrisa.


¿No te encanta?



Otro proyecto parecido aquí.

martes, 26 de mayo de 2009

Diseña el cartel del Carnaval



y llévate 3.000 euros...

Tienes hasta el 12 de junio para anunciar unos Carnavales que tratarán sobre la televisión y se celebrarán en Las Palmas de Gran Canaria entre el 26 de enero y el 20 de febrero del 2010. Creo que estaban entre el universo mundial y la tele, y al final se decidieron por lo segundo para acotar un pelín y ponerlo más difícil. No son nadie los jodíos...

Las bases están aquí, y los ganadores de las dos ediciones anteriores, pa que te hagas una idea, aquí.



Se llevan las ondas



Y siguiendo con los mapas, hoy me he encontrado esta foto del archipiélago canario tomada desde el Hubble el pasado 17 de mayo. Puedes pinchar en ella para verla más grande (supongo que al final todo se reduce a éso...).

En la imagen se aprecian los llamados vórtices Von Karman, remolinos de nubes que pueden extenderse hasta varios cientos de kilómetros, y se forman en las zonas marítimas subtropicales cuando el viento choca sobre un obstáculo orográfico, como las islas. Suelen aparecer a sotavento del obstáculo, y son muy frecuentes en las Canarias por sus habituales condiciones de estabilidad atmosférica, vientos húmedos, moderados y constantes como los alisios. Para mantener estas figuras, el aire caliente y cargado de humedad asciende por debajo de las nubes hasta llegar a condensarse, mientras que el aire frío desciende por los huecos que se forman entre ellas. Ésto solo es posible sobre superficies amplias y planas como el océano. Cuando las corrientes de aire encuentran un obstáculo como una isla comienzan a formarse vértices como los de la imagen.

Total, que las ondas son super tendencia...



Actualizo recomendando este post de Fogonazos

sábado, 23 de mayo de 2009

El mundo al revés



Una de las primeras verdades absolutas que aprendemos cuando empezamos en la escuela, dejando a un lado que nuestra mamá nos mima, que la b con la a, baaaa, o que las niñas no tienen pilila, es que Europa está en el norte y África en el sur. Hasta ahí todo claro, ¿no? Pero... ¿no te has planteado nunca porqué siendo la Tierra una esfera que flota en el espacio, su representación en los mapamundis es la que te enseñaron, con Europa centrada y en la parte superior? Yo es que es levantarme y no pienso en otra cosa... Un sinvivir. 

La entrada de hoy es una evidencia más de cómo en la mayoría de las ocasiones, los conceptos más básicos en los que se fundamenta nuestra visión de lo que nos rodea, no suelen ser ni mucho menos verdades absolutas, sino más bien auténticas herencias no replanteadas. Parecido a lo de que el rey es super campechano, pa que me entiendas...



De hecho, vengo a contaros cómo los parámetros que estructuran al clásico mapamundi son arbitrarios, únicamente justificados por la posición geográfica e histórica de los que primero lo dibujaron. 


Fue el astrónomo egipcio Ptolomeo (90-168 AD) el que al parecer dibujó el primer planisferio, y lo diseñó con las posiciones a las que hoy estamos acostumbrados, a todas luces influido por las cartas de navegación, ya que en aquel entonces, los lugares más explorados del planeta, en los que se manejaba el cotarro, estaban situados en el hemisferio norte, y de volcarlos en un plano para su estudio y manejo, parece obvio que resultaba más práctico situarlos en el centro y arriba. Y así hasta la fecha.


Pero, ¿te has parado a pensar qué piensan de todo ésto los ciudadanos de, por ejemplo, Kamchatka? (región que sólo conocerás si has jugado al risk o has visto la peli de Piñeyro). ¿Y los neozelandeses? ¿Crees que ha influido esta representación en nuestra concepción del mundo y en las desigualdades entre ambos hemisferios? He leído que en Australia, Chile o Japón abundan los mapas que les situan en el centro y arriba, ¿cómo se vivirá allí el mapamundi que legó Ptolomeo? ¿quién mató a Laura Palmer? ¿Ganará el Barça la Champions? 


En estos mapas, la mayoría de los alabinbonbaneros casi ni salimos... 
Enhorabuena, ya sabes cómo se siente un singapurés un singapureño uno de Singapur


Y en éste, Chile tratando de chupar cámara:


Es tal la influencia del clásico mapa en nuestra conceptualización del mundo, que la Blue Marble, la primera foto de la Tierra, tomada desde el espacio exterior, en donde obviamente no son aplicables conceptos como el norte y el sur, fue publicada al revés de como originalmente había sido tomada, para que el norte quedara en la parte superior. 


Blue Marble original (suena a slogan de vaqueros)

¿Sabes que, además, los mapamundi que utilizamos habitualmente, son absolutamente incorrectos en lo que a proporciones de los continentes se refiere? La representación que manejamos y que nos enseñaron en EGB, es la llamada Proyección de Mercator, una visión eurocentrista y colonialista del mundo, que data de 1569, y que fue sustituida, sin mucho éxito, por la representación proporcional de Peters que ves abajo y que aunque mucho más fiel a la realidad, seguro te resultará demasiado alargada. Pero éso ya lo comentamos otro día...



“La línea del ecuador no atraviesa por la mitad el mapamundi que aprendimos en la escuela. Hace más de medio siglo, el investigador alemán Arno Peters advirtió esto que todos habían mirado pero nadie había visto: el rey de la geografía estaba desnudo.

El mapamundi que nos enseñaron otorga dos tercios al norte y un tercio al sur. Europa es, en el mapa, más extensa que América Latina, aunque en realidad América Latina duplica la superficie de Europa. La India parece más pequeña que Escandinavia, aunque es tres veces mayor. Estados Unidos y Canadá ocupan, en el mapa, más espacio que África, y en la realidad apenas llegan a las dos terceras partes del territorio africano.

El mapa miente. La geografía tradicional roba el espacio, como la economía imperial roba la riqueza, la historia oficial roba la memoria y la cultura formal roba la palabra.”

Eduardo Galeano en Patas Arriba. La escuela del mundo al revés.



viernes, 22 de mayo de 2009

Ñam!



martes, 19 de mayo de 2009

Mossenger, de Anna Garforth



Últimamente visito bastantes páginas de intervenciones urbanas. La mayoría son muy creativas, y suelen tener como trasfondo la reivindicación del uso del espacio público, pero hay otras, como las de los grupos de Guerrilla gardening, que tratan de mejorar los espacios abandonados enriqueciéndolos con elementos vegetales que suelen estar presentes en el entorno.


Inspirada por estos grupos y por el trabajo de Andy Goldsworthy, la británica Anna Garforth creó Mossenger, una sencilla intervención que auna tres cosas que me encantan: los grafitis, el musgo y la tipografía.



Garforth utilizó los versos de una amiga poeta, Eleanor Stevens. La traducción es casera, así que se admiten (y agradecen!) correcciones. No sus acostumbréis.

In this spore borne air
Watch your skin peel
Feel your lungs split open
Slowly the slits appear

En este aire cargado de esporas
Observa cómo muda tu piel
Siente abrirse tus pulmones
Lentamente las grietas aparecen 

Lo malo de estos temas es tener que interpretarlos, o peor, aguantar algunas de las interpretaciones de críticos y de los propios artistas... Así, recordando de antemano que la poetisa es gran amiga de la artista, os cuento que Garforth explicó que los dos primeros versos le transmitieron movimiento, crecimiento, y que el resto del poema le pareció una metáfora del cambio consciente, del continuo estado de muerte y regeneración que vive el ser humano. Ésto le recordó la creciente toma de conciencia en cuestiones medioambientales y el cambio de perspectiva que se extiende por pequeñas ciudades del este de Londres como Hackney o Stoke Newington, en la que ejecutó esta obra.


A mí, insisto, lo que me gusta sobre todo son los elementos estéticos que la componen, y el hecho de que se funda perfectamente en el entorno, respetándolo y reivindicando su protección. Y si me exprimo un pelín, hasta puedo hacer sin despeinarme una reflexión acerca de como en esta obra, la escritura, elemento clave de la civilización y factor fundamental en la evolución del hombre, sirve para dar voz y conectarnos con la naturaleza, que transformamos y nos transforma. Es una obra además totalmente biodegradable (el musgo está adherido con una mezcla de yogur y azúcar), que respira, y que reinventa aquello de la urbe como jungla.

Y sin despeinarme. 
Y oyendo de fondo al Koala interpretando Soy albañil en Buenafuente,
que ya tengo mérito.

Esta entrada va por Igor, que no anda en sus mejores momentos sufriendo las consecuencias del ataque de un pepinillo asesino... Dame una I, dame una G...!


sábado, 16 de mayo de 2009

Este fin de semana...


Whatever tickles your fancy, un anuncio de la boutique erótica Coco de Mer.

Disfruta...