jueves, 25 de marzo de 2010

Free advice, de Simon Hoegsberg



Siempre he pensado en cuánto me encantaría trabajar en un servicio de información politemático. Sí, ya se que tendría que conseguir una definición con más gancho, pero la idea es sencilla: sentadita detrás de un mostrador frente a mi ordenador, con el todopoderoso Google como página de inicio, esperar a que venga la gente a preguntarme de todo. Y es que me vuelve loca que alguien se dirija a mí empezando su frase con un 'oye, ¿tu sabes dónde...?'... ooohh... me encanta...

También me gusta que me vacíen el coco -de vez en cuando- con inquietudes más vitales que la búsqueda de una calle o una buena receta de vichyssoise. Me lleva unos minutos precalentar mi empatía, pero cuando me pongo en marcha no hay quien me pare. Es reconfortante sentir que a veces escuchar activamente puede aliviar tanto a alguien que lleva semanas dándole vueltas a una decisión que debe tomar, o ayudarle, desde la objetividad que da la distancia, a ver las cosas de otra manera. Y, ¡dios! cómo alimenta sentir que has ayudado a alguien a deshacer algún nudo.



Por eso me ha encantado 'Free advice', una idea del fotógrafo danés Simon Hoegsberg del que ya os hablé una vez, que consistió en improvisar un consultorio en plena calle, para escuchar y echar una mano a quien quisiera compartir con él una taza de café. Simon montó su chiringuito en una calle de Copenague, y pasó una semana ofreciéndoles cafeína y unos minutos de su atención.



Durante esa semana, unas cincuenta personas se atrevieron a confiar sus inquietudes a este extraño con chupa de cuero. Pero dejemos que el propio Simon lo cuente, que pa eso se lo curró el pobre:

(tenéis que leerlo con acento danés, que si no no es lo mismo, aviso)


Alrededor de 50 personas se me acercaron durante esa semana. Las conversaciones duraron desde diez minutos a una hora y media, sin contar a una mujer negra que de repente se detuvo a mi lado y me preguntó: '¿Debo o no debo casarme con él?' y se fue riendo, sin esperar una respuesta.



Los temas para los que la gente buscaba orientación eran principalmente cuestiones existenciales. 'Creo que mi vida no tiene sentido, ¿qué debo hacer?'. Ese tipo de preguntas. Unas cinco o diez quisieron saber qué parte de mi formación me facultaba para proporcionar orientación, y yo les dije que trabajaba como fotógrafo y que solo me movía el deseo de ayudar a la gente a buscar el modo de resolver aquello que les preocupase. Además pude comprobar que la gente suele tener localizado el problema, y cómo las sencillas preguntas de un extraño pueden ayudar a arrojar luz sobre lo que les preocupa.
(...)


Algo de lo que me di cuenta en relación a este proyecto, y que resultó una experiencia fantástica, fue la valentía de las personas que se decidieron a hacer partícipe de sus reflexiones personales a un completo extraño (a mí).


También fue interesante observar mi propia capacidad y recursos para ayudar a los extraños a tomar el camino correcto. Encaré el desafío con tanta vehemencia que apenas podía reconocerme a mí mismo el viernes por la tarde.

Había algo más grande en marcha, algo en lo que yo apenas tuve que ver. Estoy hablando de la energía que se produce cuando dos o más personas avanzan juntos en un intento común de tomar conciencia.

Fue una experiencia increíble.



Ayer oí a Punset diciendo que en la batalla de la evolución, igual que nosotros a ellos, los macacos ganaron a los chimpancés porque, aun siendo mucho menos inteligentes, eran seres eminentemente sociables, porque les gustaban los demás, aunque les odiaran.

Igual no tiene mucho que ver con lo que os he contado, pero... ¿a que la reflexión me da un toque enigmático cultureta flipante?. Ay, pardillos, qué fácil es pegárosla...


Por cierto, ¿a alguien le sobran un par de palets,
un termo y la esquina de una calle danesa?





¡Buen casi-finde a todos!




3 comentarios:

El mejor profeta del futuro es el pasado dijo...

Me apunto contigo a montar ese consultorio urbanita pero ya!!!

Guayarmina dijo...

Bueno, he de dar fé, que conmigo ya funciona.
Yo recurro a tí y funciona!!
Como primeros pasitos no está mal...no es Dinamarca, pero en Oxford de Garza hay unos tomates...
Me requetencanta la idea!
Que el chico la pusiera en marcha, y que alabinbonban la inicie.
Besotes!

Alabinbonban dijo...

así da gusto!