domingo, 8 de marzo de 2009

La Virgen!



Flipante... ésto de vivir en un pueblo es flipante...

Hoy ha sido (está siendo, que aún le queda) un domingo de resaca. El de ayer fue un sábado de cumpleaños sorpresa, calcetines mojados, baños con hilo musical y parejas dentro (y quien lo quiera coger que lo coja...), goteras, dj´s que pinchan "Yo soy rebelde", bolas chinas, agujeros mágicos, perros (muchos perros), padres emocionados, hijas emocionadas, puntos en la barbilla, y mojo rojo, bizcocho y paella de Pauli (cuyos espectaculares ajitos dieron tanto que hablar que ilustran este post, y protagonizan la única foto decente de la fiesta de ayer...).

En lo nombrable, el día de hoy nos lo hemos pasado básicamente vegetando y comiendo, comiendo y vegetando, con algún que otro comprimido de ibuprofeno de por medio y con la tele de fondo enchufada todo el día. En las distintas ediciones de las noticias nos han recordado que hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer, de modo que en algún momento me he pillado haciendo una mini reflexión acerca de los motivos que me llevan a sentirme tan poco involucrada y comprometida con los 8 de marzo. No sé si es una mala o una buena señal, la verdad, aunque al final supongo que me he machacado un poquito y he decidido que buena no es...

Te lo explico más abajo...

El caso es que cuando casi parecía que este domingo iba a transcurrir sin pena ni gloria, hace un ratito ha sonado el timbre, y como siempre le ha tocado al sufrido de Guille ir a abrir. Desde el sofá, que está en el ala norte, no he podido escuchar más que algunas palabras sueltas de la conversación, que no me hicieron suponer ni de lejos que tras cerrar la puerta, el pobre iba a aparecer portando lo que ves en la imagen superior, y a lo que mi escaso vocabulario religioso me dificulta la tarea de poner nombre. Aunque sé que no es correcto, para facilitar el relato vamos a llamarle relicario (se admiten correcciones).

El niño que traía el relicario le ha ¿explicado? que tenemos que alojar a la virgen durante dos noches, y luego pasársela a otro vecino. Así, sin más. Que rule, que rule. Cuando Guille, pragmático hasta la médula, le ha pedido más detalles y le ha preguntado si lo que teníamos que hacer era echar dinero en la hucha que acompaña a la Virgen, el niño-porta-relicarios le ha respondido con una sonrisilla sobrada un "es tu primera vez, ¿verdad?". La primera no se, pensé yo, pero si que me atrevería a asegurar que es la primera virgen que entra en casa en mucho tiempo...

Es flipante esto de la religión. Yo me he sentido un poco como en la serie Perdidos, en la que tenían que presionar un botón cada 108 minutos sin que ninguno supiese el motivo. Qué importante es la fe, es curioso. Tal vez deba pasearla por la casa, supongo que la idea de bendecir las casas del barrio está un poco detrás de todo ésto. Mientras escribo pienso en la peli Cadena de favores, y en esos mensajes de correo electrónico que tanto me disgustan. También en la posibilidad de que la vitrina venga con un micrófono incorporado. Yo es que tenía que haber trabajado en Scottland Yard...

Si la miras de cerca (si no lo haces lo entiendo), verás que la imagen lleva en su mano una bandeja con dos ojos, por lo que me hizo ilusión pensar que se trataba de Santa Lucía. Bueno, eso es lo que pensé al principio, supongo que porque creo que la única iconografía de virgen que conozco es la que corresponde a mi nombre. Guille me sacó de mi error decidiendo que lo de la bandeja eran unos pechos (no fue esa la palabra que eligió, pero no me siento capaz de decir tetas en el blog), decidiendo, digo, que no podían ser unos ojos, porque sino serían demasiado saltones. Cómo le quiero, coño. Busqué entonces en google las palabras "virgen" y "pechos", y no veas la de cochinadas que aparecieron... Acoté la búsqueda para descubrir que se trata de Santa Águeda, considerada la protectora de las mujeres, y a la que mutilaron en el siglo III por no querer hacérselo con un Senador llamado Quintianus. Es entonces cuando me ha vuelto a la cabeza la celebración del 8 de marzo, y he lamentado que después de tantos siglos cosas parecidas sigan sucediendo. Mira tú, si al final voy a tener un lado sensible y todo...

Entre los dos hemos estado pensando en qué espacio acomodar a semejante visita celestial, ya que pienso que nuestros muebles de Ikea no están a la altura, y quienes conozcan la decoración de esta casa sabrán de sobra lo complicado que nos va a resultar encontrarle un espacio mínimamente adecuado... Pero sobre todo, hemos estado imaginándonos la cara del vecino cuando le animemos a seguir esta cadena sin sentido... Sin sentido por la falta de instrucciones, aclaro. También hemos estado dándole vueltas a cómo darle un toque más mágico a todo ésto, introduciendo alguna leve variación en esta cadena -que probablemente se haya mantenido intacta durante décadas-, como que hay que ponerle un tazón de leche calentita, introducir en la hucha un deseo, o que los miembros de la casa que la alojen deben darse un abrazo y decirse algo que les guste del otro.

En fin, éso es todo, que la cosa no da más de sí, os dejo para acomodar a la buena de Águeda, que le empiezo a coger cariño y a sentir remordimientos de verla entre el fregadero y la vitro...

Ay, ahora me entran dudas, qué responsabilidad, no sé si habrá que cerrarle las puertecitas durante la noche. Las dejaré entreabiertas. Debería venir con manual. Qué lío.

Buenas noches y que Dios me los bendiga...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si es que yo lo sabía, desde que tú y tu peñita vieron aquel día moverse a la Virgen en la capilla del colegio, y yo quería abrazarlas porque sabía que érais niñas santas! Ahora mismo no puedo, pero hoy no se termina el día sin que vaya a darte ese achuchón, que de seguro va a traerme suerte, y a Guille de paso le tocaré la chepa, que nunca está de más. Por cierto, al final no queda claro si había que echarle money o no. Muchos besitos de Igor.

Anónimo dijo...

No se, yo que soy una a....da (para no estropear tu blog), no me hubiese quedado con Sta.Agueda o como se llame. No dormiría pensando en que tiene droga dentro, que podría desprender un gas tóxico mientras duermes (creo que ultimamente veo mucho la tele). Te lo digo porque a estas alturas Sta Agueda estará (supongo) en el vertedero del salto del negro. No me imagino a Guille tocandole al vecino y dejando..jaja no puedo ni escribir solo de imaginarmelo, jaja
(La de Arrecife city and el parásito de su novio, no no, que es lo mas grande)