Lo bueno, si breve...?

Este artículo de El País habla sobre la longevidad de los europeos y su calidad de vida: mientras los suecos y las francesas son los más longevos, los daneses, que viven menos tiempo, son los que pasan sus últimos años disfrutando de una mayor calidad de vida.

Por otra parte, leo aquí y aquí que los japoneses y japonesas, que sólo disfrutan de una media de 7 días naturales libres al año (repito: 7-días-naturales-al-año), hecho que les aleja bastante de mi concepto personal de calidad de vida, son los más longevos del planeta... por cierto, al igual que nuestros antepasados acuñaron la palabra siesta (ahora empezamos a entendernos...), ellos tienen una palabra, karōshi, que significa muerte por exceso de trabajo, por la que fallecen en el país nipón (siempre he querido decir eso), unas 10.000 personas al año, entre ellos bastantes funcionarios públicos. Mira que son raros los jodíos...

Todo ésto, si no hubiese tenido una de las tardes más agotadoras que recuerdo, traería consigo inevitablemente una parrafada acerca de las virtudes de vivir más y las ventajas de hacerlo mejor, pero, sobre todo, de dar respuesta a las eternas preguntas: ¿existen realmente los japoneses? ¿no serán una mera proyección de nuestras más retorcidas pesadillas...? tal vez debieras contrastarlo con alguno de tus amigos japoneses... ah? que no conoces a ninguno?...

No deberían dejarme reflexionar en un blog sin la supervisión de un adulto... en fin...