domingo, 2 de noviembre de 2008

Cuentos de miedo



Anoche fuimos a regañadientes, todavía medio soplaos por el tute del concierto de Extremoduro, a una nueva edición de la noche de Cuentos de Miedo que anualmente organiza el Cabildo en la Biblioteca Insular con motivo del Día de los Difuntos. Llevo años queriendo ir, pero las invitaciones se agotan siempre en un par de horas, y por una cosa o por otra nunca las había conseguido. 

Cuando entramos, la biblioteca estaba totalmente a oscuras, sólo había algunas velitas por el suelo que marcaban el camino escaleras arriba, y de fondo sólo se oía una música así como de ultratumba, como coros de iglesia pero en plan chungo, no sé cómo explicarlo pero la cosa es que acojonaba... A medida que avanzabas siguiendo la senda de las velas, te ibas encontrando con gente vestida con túnicas y la cabeza y la cara tapadas, que, sin hablar, te hacían un gesto a lo torero indicándote el camino con un quinqué, y tú mirando alrededor esperándote lo peor (el concepto lo peor varía según cada quién, así que si quieres tómate unos segundos para pensar en cuál es el tuyo. Venga, piensa, que yo espero... ¿ya?, venga, pues sigo, que ya queda poco).

El destino final era una sala de la biblioteca, con estanterías llenas de libros de suelo a techo, y que también estaba iluminada únicamente con velas: estaba muy bien montado, con libros viejos desordenados y tirados por ahí, y porque había zonas de la sala en las que podía haber un equipo de rugby escondido y tú ni te enterarías, y el tremor de los fueguecitos contribuía además a acrecentar la atmósfera de miedo... uuuuhhhhh... (es que me pillé el paquete básico del blog, y no me venía con efectos especiales, me tengo que apañar con mis propios recursos...).

Al poquito apareció el gran descubrimiento de la noche, el cuentacuentos Pablo Albo, el que aparece en la foto de arriba, un alicantino nacido en el 71 del que habrás oído hablar o habrás visto actuar porque suele hacerlo mucho en la isla. A nosotros nos enamoró, si tienes la oportunidad, vete a verlo, te vas a reír. Me he encontrado un vídeo suyo de una actuación de hace tiempo para que te hagas una idea. Cuando al salir le dije a Guille que yo podría enamorarme de este tío, él me dijo que él también, y ahí me frenó el jodío, que como lo intentemos los dos y se lo lleve él, me corto las venas...

Después entró a contar sus cuentos de miedo (espera que tengo que ver cómo se escribe, que tengo el japonés un poco oxidado...) Yoshio Hioki, un japonés (eso ya lo intuías), que lleva años en nuestro país y que tampoco estuvo nada mal, pero que no tiene el tipo de humor ni la caidita de ojos de Pablo Albo. Es el de la foto de abajo.

Todo duró un par de horas, y nos dejó un magnífico sabor de boca, que aún nos partimos cuando recordamos a Pablo Albo imitando en uno de los cuentos a unos pollos despedazados corriendo sin cabeza por la cocina de un matarife, y que, al no tener ojos, no veían muy bien...

Muy recomendable. Me voy a marujear un rato.


Escucho Fire on the mountain de Asa 
(y a Guille viendo el partido de basket de fondo... grrrr...)


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