Grafitis neoyorkinos

Hoy tengo la vena bloguera torera un pelín falta de inspiración, así que como suelo hacer en estos casos, tiro de mis apasionantes intimidades, que sé que todos lleváis una Karmele en vuestro interior y os entusiasma saber de mi fascinante vida...

Al llegar a casa me he encontrado en el buzón mi nueva Walls notebook, una libreta que compré en Amazon hace un par de semanas por menos de 15 dolarcillos, y que acaba de aterrizar desde Columbia (oh baby yeah!). Es simplemente una libreta, ya, pero sus hojas, en vez de estar en blanco o llenas de aburridas y castrantes rayitas o cuadritos, son imágenes de algunas paredes de Nueva York. La idea es desarrollar tu lado más vandálico garabateando y grafiteando los muros de la Gran Manzana, pero sin tener que acabar compartiendo celda en la prisión del condado...

Continuando con los rollitos personales de vida no cibernética, esta noche ponen Lost in translation, creo que a las 22.00. Si no la has visto, te recomiendo que aproveches, aunque te advierto que muchos la consideran un tostón. Está dirigida por Sophia Coppola y protagonizada por Scarlett Johansson y Bill Murray (el que en Atrapado en el tiempo revivía un día tras otro el Día de la Marmota), y que aquí hace una interpretación de 10. Es una reflexión sobre la desorientación y las relaciones personales en una ciudad tan impersonal como Tokio, que es aquí un personaje en sí misma y hace las veces de escenario para esta pareja unida por el insomnio y la soledad.

Me gustan también las imágenes de Tokio y la banda sonora que puedes escuchar aquí. Además en la peli salen algunos de los tópicos de la ciudad y sus habitantes de los que si os portáis bien os hablaré un día de éstos.