domingo, 7 de diciembre de 2008

Te debo una, Pablito


Es un buen momento para dar al César lo que es del César y a Pablo lo que es de Pablo...
 
Desde que me convertí en bloggera torera, me he sentido un poco en deuda con Pablo, un ser vivo al que le debo (sin que él lo sepa aún), el nombre de este blog, que tanta gracia os hace a todos (el nombre, digo, aunque espero que el blog también...). Pablito tampoco sabe, pero sé que intuye, el montón de sonrisas que asocio a su recuerdo, y que aunque me porte como una desalmada y no le mande las fotos que le prometí del último verano, las tengo colgadas por casa, y no puedo hacer otra cosa que reírme cada vez que me las tropiezo. Pablo es un buen hombre, amigo de sus amigos, dibuja sin apenas salirse, juega muy bien al subastao y le encantan los mormones. Pasa la manutención religiosamente, habla con todos los mendigos, y se sabe de carrerilla todas las canciones de parchís y el nombre de todos los tipos de melones que existen en el mercado. Apatrulla la ciudad y hace que tiemble cada vez que me entero de que hubo alguna bronca en Madrid. Se corta con asombrosa destreza las uñas de la mano derecha, y se pone guapísimo cuando sujetando el cigarro con la boca el humo se le mete en los ojos. Es una de esas personas que te hace pensar que algo debes haber hecho bien para poder tener su número en tu móvil.

Y además tiene pistola, ¿qué más se puede pedir?

Muchas gracias Pablito,
 espero que con ésto me perdones el copyright!!

Escucho Beautiful en la voz de Elvis Costello

1 comentario:

Miss Rosenthal dijo...

Qué bonita descripción de tu amigo Pablo, creo que el que está en deuda contigo ahora es él.
Gracias por la visita, no te conocía.

Ahora sí.